Encuentro
Desembarcó horizontalmente después de observar, con detenimiento , la extensa corrida de toros...allí depositó su paraguas de lunas rotas y besó en la frente a su femenino par..
Calzando botas nuevas y con un apestoso aroma a embarcadero contaba sus historias de siempre, las repetía con total fluidez, y cada día agregaba detalles que aburrían a cualquiera pasados los diez primeros minutos.. no obstante allí estaba ella, sentada a su lado, sandalias rojas , vestida de flores frescas y su pelo salvajemente recogido..
La distancia los había curtido, estaban demasiado fríos como para ser receptores de suaves caricias, después de todo no conocían la cotidianeidad , no cobraba lugar el anhelo...
Ordenaron un segundo café con unas gotas de coñac, permanecieron en silencio largo rato hasta emitir algunas pocas palabras que parecieron tímidas, como aquellas de una primera cita adolescente..
Ella parecía estar matando el tiempo, con sus finos y largos dedos dibujaba por encima de los cuadraditos barnizados de la mesa del rústico bar, cada tanto sus pensamientos, en su mayoría inconexos, osaban salir a tomar aire por la ventana que allí cerca se encontraba, pero enseguida sentía algo de “culpa” por no estar escuchándolo detenidamente y regresaba a formar parte de aquella realidad, la de estar sentada allí... con él, una vez más y sabiendo de hecho que lejos estaba de ser el último encuentro.
Calzando botas nuevas y con un apestoso aroma a embarcadero contaba sus historias de siempre, las repetía con total fluidez, y cada día agregaba detalles que aburrían a cualquiera pasados los diez primeros minutos.. no obstante allí estaba ella, sentada a su lado, sandalias rojas , vestida de flores frescas y su pelo salvajemente recogido..
La distancia los había curtido, estaban demasiado fríos como para ser receptores de suaves caricias, después de todo no conocían la cotidianeidad , no cobraba lugar el anhelo...
Ordenaron un segundo café con unas gotas de coñac, permanecieron en silencio largo rato hasta emitir algunas pocas palabras que parecieron tímidas, como aquellas de una primera cita adolescente..
Ella parecía estar matando el tiempo, con sus finos y largos dedos dibujaba por encima de los cuadraditos barnizados de la mesa del rústico bar, cada tanto sus pensamientos, en su mayoría inconexos, osaban salir a tomar aire por la ventana que allí cerca se encontraba, pero enseguida sentía algo de “culpa” por no estar escuchándolo detenidamente y regresaba a formar parte de aquella realidad, la de estar sentada allí... con él, una vez más y sabiendo de hecho que lejos estaba de ser el último encuentro.
posted by florecita | 16:35
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